Alejandro Vega cerró ayer noche, tras más de 170 actuaciones por media España, su año musical con un concierto en casa, en Tomares, en el que lo dio todo ante su público, familia, amigos, vecinos e incluso profesores, personal y padres del colegio de su hija, al que no defraudó y lo despidió, tras más de dos horas de concierto, con una prolongada ovación.

Pasadas las 21:30 horas de la noche el público esperaba con mucha expectación a Alejandro Vega, que empezó su actuación haciendo un recorrido por algunas de las mejores coplas de la historia, al que le siguieron baladas, pop e incluso el tango, demostrando que no sólo que es poseedor de una gran voz, sino que además, la madurez sobre los escenarios le ha llevado a aterciopelar su cante y poder con maestría con todo lo que se le pone por delante.

En un concierto muy emotivo, al encontrarse ante su público y compartir escenario con varios de sus amigos artistas. El primero en subirse a las tablas fue Fernando Soto, con el que hizo a dúo una gran interpretación del “Que sabe nadie” de Raphael. Le siguieron los hijos de José Manuel Soto, “quien me dio la primera oportunidad de cantar como solista en televisión”, explicó Vega. Junto con Jaime y Marcos,  Alejandro cantó el tango “Volver”.

El tercero en subir a escena fue Juanlu Montoya, sobrino de Tate y Enrique Montoya, con el que interpretó “Nostalgias” de Enrique Cadícamo, y Joana Jiménez cerró el último dúo con la conocida canción de Serrat, “Lucía”.

Un concierto muy completo en el que también recordó su etapa en el exitoso musical “Hoy no me puedo levantar”, cantó varias de sus canciones más conocidas en un concierto “muy especial entre amigos y familia” en el que Alejandro Vega demostró que con su voz fuerte y aterciopelada puede con todo.