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EL COCO DE TRIANA: “QUIERO A TOMARES A MORIR, PORQUE TOMARES ME LO HA DADO TODO”

EL COCO DE TRIANA: “QUIERO A TOMARES A MORIR, PORQUE TOMARES ME LO HA DADO TODO”

06/11/2019
Seis décadas viviendo en Tomares han convertido a este popular cantaor en uno de los personajes más queridos del municipio al que llegó en 1951 y donde ha formado una extensa y feliz familia

Nació en la Cava de los Gitanos, centro de la Triana más flamenca, pero hace más de 60 años que el corazón lo trajo hasta Tomares, anclando su destino al de un municipio que ya no entiende la cotidianidad sin la sonrisa perenne de Juan Manuel García Moreno, el Coco de Triana. Seis hijos y un buen puñado de nietos y biznietos tomareños, rubrican la ciudadanía de este cantaor festero que alcanzó la fama, bien entrada la madurez, con el grupo “Triana Pura”.

“Vivimos un auténtico boom -rememora el artista- y yo estaba encantado porque desde niño siempre había sido un grandísimo aficionado, pero las circunstancias de la vida me habían impedido dedicarme profesionalmente al cante. Durante mi juventud, tras la muerte de mi padre, sí pasé cinco o seis años haciendo muchísimas fiestas privadas, pero cuando mi primera novia quedó embarazada, me coloqué en el muelle y poco a poco me fui alejando de los escenarios.”

Más de treinta años como estibador no apagaron, sin embargo, la vocación artística de este genial intérprete que vivió, de primera mano, los mejores años de los corrales de vecinos trianeros, en los que el flamenco formaba parte de la cotidianidad de sus habitantes. “Eran tiempos difíciles, de hambre y de necesidad, pero también de hermandad porque lo poco que había, se compartía con el de al lado. Si en un corral había una vecina que no tenía para poner un puchero, sus niños no se quedaban sin comer porque entre las demás le llenaban el plato. En ese clima, la gente celebraba todo cantando y bailando flamenco, y ahí aprendí yo los cantes”.

El Coco se hizo pronto muy popular por la particular gracia que imprimía a los cuplés por bulerías, “porque aunque la gente me tenía que empujar para que saliera al escenario ya que a mí me imponía mucho, una vez arriba me echaba para adelante y no había quien me parara”.

Una vida tranquila en Tomares

Tras el fallecimiento en 2001 de Esperanza La del Maera, alma de “Triana Pura”, el sueño musical del resto del grupo se fue diluyendo, “y yo seguí con mi trabajo en el muelle hasta mi jubilación”.

Retirado ya de los micrófonos, el Coco de Triana vive una vida sencilla en Tomares, el municipio del que era originaria su primera esposa y donde ha criado a los tres hijos nacidos de esa unión y a los otros tres que vinieron más tarde, producto de su segundo y último gran amor con una hermosa gaditana que también forma parte ya de esta localidad tras más de cincuenta años viviendo en ella.

“Yo quiero a Tomares a morir, porque Tomares me lo ha dado todo. Mis seis hijos han nacido aquí, mis nietos, mis biznietos, lo más importante de mi vida. Tengo recuerdos maravillosos de todos estos años, desde los tiempos en los que comencé a venir aquí cruzando el río en la famosa barca. Aquí están mis amigos y mi mujer, a la que adoro. Soy trianero y a Triana no me la puedo arrancar del corazón, pero también puedo decir con orgullo, y a boca llena, que me siento tomareño y que no cambio Tomares por nada”.

 

 

 

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