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Marina Heredia y Dorantes reinventan en Tomares el flamenco fusión en un concierto inolvidable

Marina Heredia y Dorantes reinventan en Tomares el flamenco fusión en un concierto inolvidable

Tomares vivió una de esas grandes noches de arte que quedarán muchos años en el recuerdo del público que tuvo la suerte de saborearla, el pasado viernes, 9 de diciembre. El Auditorio Municipal Rafael de León anunciaba para las ocho y media de la noche “Esencias”, un espectáculo único con la cantaora granadina Marina Heredia y el pianista lebrijano David Peña “Dorantes” como protagonistas.

No defraudó y el público asistente, entre el que se encontraban rostros conocidos como Curro Romero y Carmen Tello o Enrique Miguel, disfrutó de un concierto inolvidable del Circuito Provincial de las Artes Escénicas y Musicales (Cipaem) de la Diputación de Sevilla, en colaboración con el Ayuntamiento de Tomares, en el que Marina Heredia demostró que es una de las grandes voces del flamenco actual y Dorantes que es un virtuoso del piano capaz de sacarle sonidos únicos a este clásico instrumento.

“Esencias” es un concierto de flamenco fusión, pero es sobre todo algo totalmente diferente a lo que se ha escuchado en flamenco y en fusión. Pocas veces el piano se ha hecho más andaluz y el flamenco más internacional en un concierto mayúsculo en que en el algo más de hora y media que dura el espectáulo, el público disfruta con la voz de Marina Heredia con los quejíos más puros del flamenco, con bulerías, alegrías o fandagos, y con sonidos que nos recuerdan al jazz o al son cubano.

Si Marina Heredia está sublime, no lo está menos Dorantes, que hace sonar el piano como pocas veces se ha escuchado este instrumento, al que le saca provecho en todos sus sentidos, tocando teclas, las cuerdas o incluso su armazón a forma de caja.

Y si ambos artistas están sobresalientes, también están a la altura el resto de protagonistas de “Esencias”, desde el percusionista y batería, Javi Rubial, que se amolda a la perfección con el piano de Dorantes y también regala al público algún solo memorable, o Anabel Rivera y Jara Heredia, que hacen unos grandes coros a Marina Heredia.

En definitiva, hora y media de un espectáculo único en el que los artistas rindieron homenaje a Lole y Manué y al tío de Dorantes, Juan Peña “El Lebrijano”, en el que Marina Heredia bordó sus galeras y estuvieron acompañados a la guitarra por otro sobrino de “El Lebrijano”, Pedro María Peña.

Marina Heredia y Dorantes

Marina Heredia, la cantaora “magna”, es una de las voces más reconocidas en la actualidad. Forma parte de esa generación de jóvenes cantaores prodigio como Arcángel, Miguel Poveda o Estrella Morente que mantiene en su cante y en su valía el cante añejo, el cante de los cantores antiguos.

La cantaora nazarí, voz del Albaicín, tiene temple, gran puesta en escena, compás, elegancia y una amplia base pura, fruto de la herencia paterna, el cantaor Jaime Heredia "El Parrón". Pero no sólo de su padre bebe Marina Heredia para nutrirse en el mundo del flamenco. Entre sus influencias se encuentran Camarón de la Isla, Manolo Caracol, la Paquera de Jerez, Terremoto, La Niña de los Peines, Antonio Chacón, Antonio Mairena o Bambino.

Del pianista flamenco David Peña “Dorantes” se dice que está haciendo con el piano lo que Paco de Lucía con la guitarra. Sus virtuosas manos le han llevado recorrer los mejores festivales y teatros nacionales e internacionales como el Sadler`s Wells o el Royal Albert Hall (Londres), el Midem (Cannes) o el Skirball Theater (Nueva York), deslumbrando a propios y a extraños con un instrumento tradicionalmente atípico en el mundo del flamenco como es el piano, al cual lleva el ritmo flamenco de una manera magistral. Un piano en el que mezclan aires flamencos, música impresionista con ecos de Debussy y pinceladas de jazz y de ese sinfonismo melódico que se mete en el saco de la new age. El propio compositor reconoce que en su formación ha tenido que «inventar técnica y recursos propios».

Pertenece a una de las familias que más artistas conocidos ha dado al mundo del flamenco, siendo hijo de Pedro Peña Fernández, nieto de María Fernández Granados, sobrino de Juan Peña El Lebrijano y estando emparentado con Fernanda y Bernarda de Utrera.

En 1998 se dio a conocer al gran público (aunque ya había "toreado" en sitios tan importantes como el Real Alcázar ante los reyes de España) cuando publicó su primer disco, Orobroy, el cual recibe la aclamación tanto de puristas como del público en general y le lleva a una gira mundial que dura cuatro años, en los que recibe numerosos premios. Es el único artista que ha sido premiado con tres Giraldillos en un solo espectáculo en la Bienal de Flamenco de Sevilla.

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