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TIERRA DEL FUEGO, LA TRADICIÓN DEL ASADO ARGENTINO EN EL CORAZÓN DE TOMARES

TIERRA DEL FUEGO, LA TRADICIÓN DEL ASADO ARGENTINO EN EL CORAZÓN DE TOMARES

04/07/2019
Tras cuatro meses de andadura, se consolida en la localidad una nueva oferta gastronómica que traslada a estas latitudes el arte argentino de cocinar a la brasa.

Tierra del Fuego es hoy una oferta nueva pero cada vez más consolidada en Tomares. Es un asador argentino que abrió sus puertas en marzo con la premisa de traer a este punto de El Aljarafe el arte de cocinar a la parrilla al estilo de la Pampa, donde el asado, hecho con mimo y siempre a fuego lento, es el centro de la vida social.

Eso es Tierra del Fuego hoy. Hace un año era una idea vaga que bullía en la cabeza de tres amigos: Paola, española de origen ecuatoriano, de Neil, irlandés, y de Gabriel, argentino con sangre andaluza, vasca e italiana, quien recuerda aquellas conversaciones de bar: “La idea surgió, como otras muchas cosas, de casualidad. En reuniones y encuentros entre amigos, en los que decíamos a ver si un día hacemos algo, a ver si un día hacemos algo… Yo tenía experiencia en restauración y un día la idea fue cogiendo forma”. Decidieron dedicarse a aquello que sirvió de excusa tantas veces a los tres amigos para reunirse: el asado. 

Gabriel De Acharán (Bahía Blanca, 1967) es socio de Paola y de Neil en este proyecto, del que, de alguna manera, es el alma máter. En este restaurante no hay fogones, solo una parrilla en la que se trabaja a la vista del público. En ella no hay sitio para el carbón, solo madera de encina. “Tiene un buen perfume, mucho mejor que el carbón”, dice con inconfundible acento argentino Gabriel, instalado con su familia en Tomares desde hace 12 años. Si se le pregunta por el secreto de un buen asado, responde sin misterios: “No tiene secreto el asado. Es muy simple. Fuego muy bajito, tiempo y carne de calidad. Y una buena leña”.

Bife de chorizo y de postre, panqueque

Tres horas de fuego moderado para hacer a baja temperatura las costillas, las entrañas, tal vez el lomo alto argentino, a lo que al otro lado del Atlántico se conoce como bife de chorizo. “Es muy renombrado y lo tenemos. No está hecho a la plancha sino a la brasa y con leña, tiene un sabor espectacular”, asegura De Acharán, que recomienda, sin embargo, la parrillada para aquellos que quieran acercarse por primera vez al asado argentino.

¿Una dificultad? Hacerse con el punto que prefiere el público español: “Aquí a la gente le gusta la carne mucho menos hecha que en Argentina y al principio nos costó adaptarnos”.

Carnes de corte al modo argentino, grueso y con hueso, para una mayor jugosidad. Y las empanadas criollas. Y el choripán. Y flanes y panqueques con dulce de leche. Y vinos argentinos, cada vez más pujantes en el mundo. Esta es la propuesta gastronómica de Tierra del Fuego para Tomares, la ciudad donde Gabriel tiene su hogar y a la que mira con responsabilidad. “Esta es una zona consolidada, no una zona de turistas donde la gente va y viene. Uno tiene que hacer las cosas bien durante mucho tiempo. En una zona turística puedes engañar a la gente que va pasando porque luego pasará otro. En Tomares, lo que nos va a llevar a tener éxito es que los clientes estén satisfechos con lo que reciben, y que esos clientes vuelvan y a su vez traigan más clientes con el boca a boca”, asegura en mitad de la gran terraza de este restaurante con cuatro meses de vida.

Una última pregunta para Gabriel: ¿cómo será Tierra del Fuego en diez años? “Me lo imagino con varios locales más abiertos, con algún matiz distinto de lo que ofrecemos actualmente, pero manteniendo la misma esencia”.

Ese es el destino que sueña para un proyecto que comenzó en una charla entre amigos con un por qué no montamos algo.  

 

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