Este año la Virgen no ha podido madrugar para salir con las primeras luces del alba y recorrer las calles de Tomares, pero ello no ha impedido que los tomareños hayan vivido con su corazón este día tan especial para Tomares.

La misa, que fue oficiada por el párroco Gregorio Sillero, destacó por su buena organización, pese a las dificultades por el Covid-19, y estuvo presidida por el Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental, Francisco Bermúdez, y el acalde de Tomares, José Luis Sanz, que estuvieron acompañados por miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento, la junta de gobierno de la Sacramental, la Hermana Mayor de la Hermandad del Rocío, Rosario Torres Caro, fieles y devotos.

Una tradición centenaria en España que en Tomares se había perdido pero que se ha recuperado y se viene celebrando desde hace nueve años.