Hubo un tiempo en el que un futbolista llegado de Valladolid ni muy alto ni muy fuerte pero que tenía una zurda de oro hacía diabluras en Heliópolis para goce de los béticos y de cualquier buen aficionado al fútbol. Su nombre, Julio Cardeñosa, toda una leyenda del fútbol español.

La Peña Bética de Tomares homenajeó anoche a Cardeñosa justo cuando está a punto de cumplir los 70 años. En el acto estuvieron presentes Rafael Fernández, presidente de la peña local, Juan de Dios Álvarez, presidente de la Federación de Peñas Béticas, representantes de las peñas de localidades vecinas y el alcalde de Tomares, José Luis Sanz. Sanz expresó durante el homenaje su satisfacción por recibir en la localidad a alguien que escribió tantas páginas de gloria en el balompié español. “El fútbol es mucho más que colores y es un honor tener a una leyenda como Julio”.

Los jóvenes no han podido disfrutar en vivo del juego de Cardeñosa sobre el verde. Sin embargo, conviene tener en cuenta la trayectoria de este centrocampista zurdo para darle el lugar que se merece en la historia del Real Betis y del fútbol español. El ‘Flaco’, como se le apodaba, llegó a Sevilla en 1974 procedente del Real Valladolid, el club de su ciudad. Comenzaba entonces un largo periplo de once temporadas con el que, por tiempo y por identificación, acabó siendo el club de su vida. Fue parte, junto a otros grandes nombres como Esnaola, Bizcocho y Biosca, de la plantilla que se alzó en 1977 con la Copa del Rey tras derrotar al Athletic en una final que se decidió en favor de los verdiblancos tras una interminable tanda de penaltis. Internacional y mundialista con España en 1978, es el cuarto jugador con más partidos disputados con el Betis, 306, tras Joaquín, Gordillo y Esnaola.

Su visión de juego, su técnica individual y su generosidad en el campo hicieron que liderara al Betis en un periodo dorado de su historia. Anoche, al borde ya de los 70 y tras toda una vida en Sevilla, Tomares rindió tributo al Flaco.